sábado, 26 de mayo de 2012

Condena, exilio y muerte


Condena, exilio y muerte


Estatua de Dante Alighieri en la Galería Uffizi.
Bonifacio VIII pidió a la delegación volver a Florencia y obligó a Dante a permanecer en la ciudad. Al mismo tiempo (el 1 de noviembre de 1301) Carlos de Valois entraba en Florencia con los Güelfos negros, y en los seis días posteriores destruyeron todo y mataron a la mayor parte de sus enemigos. Después del nombramiento de Cante dei Gabrielli da Gubbio como podestà (alcalde) de Florencia (9 de noviembre de 1301), Dante fue condenado por él a exilio durante dos años, y a pagar una gran suma de dinero (sentencia de 27 de enero de1302). El poeta no podía pagar su multa y finalmente fue condenado a exilio perpetuo (10 de marzo de 1302) al igual que a otros 600 güelfos blancos, partidarios de la independencia y le fue negada toda participación política. El podestà declaró que si alguna vez Dante hubiese sido atrapado por soldados florentinos habría sido ejecutado (igne comburatur sic quod moriatur). Gemma, la esposa de Dante permaneció en Florencia con el fin de evitar la total confiscación de los bienes conyugales.
El poeta participó en varias tentativas de los Güelfos blancos para recuperar el poder que habían perdido, pero fallaron entre otras cosas debido a traiciones. Dante, disgustado por el trato que recibió de las manos de sus enemigos, también se molestó por las luchas internas y la ineficacia de sus aliados, y de hecho votó a hacer un partido de uno. Llegado a este punto comenzó a bosquejar las ideas para la Divina Comedia.
Fue a Verona como invitado de Bartolomeo Della Scala, entonces se trasladó a Sarzana(Liguria), y es después de esto que, como se supone, vivió un tiempo en la ciudad de Lucca, en donde estuvo tranquilo con Madame Gentucca (más tarde y, como señal de gratitud, fue mencionada en el Purgatorio, XXIV, 37). Algunas fuentes especulativas dicen que Dante permaneció en París entre los años 1308 y 1310. Otras fuentes, de menor fiabilidad, lo sitúan en Oxford.
En 1310 Enrique VII de LuxemburgoRey de los Romanos, invadió Italia; Dante vio en él la ocasión de la venganza, así que le escribió varias cartas (y a otros príncipes italianos) en las que le incitaba a destruir violentamente a los Güelfos Negros. Mezclando la religión y preocupaciones privadas, invocó la peor cólera de Dios contra su ciudad, sugiriendo varios blancos particulares que coincidían con sus enemigos personales.
En Florencia Baldo d'Aguglione perdonó a la mayor parte de Güelfos Blancos del exilio, permitiéndoles volver; sin embargo, Dante había ido al margen de la sociedad en sus violentas cartas a Enrique VII, y por ello no fue perdonado. En 1310, Enrique VII, emperador de Alemania fue coronado en Milán, como rey de Italia. En 1312, Enrique VII asaltó Florencia y derrotó a los Güelfos Negros, pero no hay ninguna prueba de que Dante estuviese implicado. Unos dicen que rechazó participar en el asalto sobre su ciudad; los otros sugieren que su nombre se hubiera hecho desagradable para los Güelfos Blancos y también que cualquier rastro de su paso por la ciudad había sido quitado cuidadosamente. Dante buscó entrevistarse con Enrique VII y aunque no pretendía deber su regreso al ejército alemán, si quería ver una Florencia libre de la codicia pontifical. Los deseos de Dante cambiaron a raíz de enterarse de que Enrique VII había fallecido envenenado; y con él cualquier esperanza para que Dante volviera a ver Florencia otra vez. Así que regresó a Verona, dondeCangrande della Scala le permitió vivir con cierta seguridad, por lo visto, en una cantidad justa de prosperidad. Cangrande fue admitido al Paraíso de Dante.

Dante en el exilio.
En 1315, Florencia fue forzada por Uguccione della Faggiuola (el oficial militar que controla la ciudad) a conceder una amnistía a los exiliados. Dante estaba en la lista de ciudadanos perdonados. Pero Florencia requirió que, aparte del pago de una suma del dinero, estos ciudadanos estuvieran de acuerdo con ser tratados como delincuentes en una ceremonia religiosa y someterse a un consejo público en el que se les reconocería como delincuentes públicos. Dante rechazó este vergonzoso requerimiento y prefirió permanecer en el exilio.
Cuando Uguccione finalmente derrotó a Florencia, la pena de muerte de Dante se convirtió en el confinamiento, en la condición única de que volviera a Florencia a jurar que nunca fuese a entrar a la ciudad otra vez. Confirmaron su condena a muerte y la ampliaron a sus hijos. Dante esperó mucho tiempo ser invitado a volver a Florencia en términos honorables. Para él, el exilio era casi una forma de muerte despojándolo de la mayor parte de su identidad. Desde luego, nunca regresó.
El príncipe Guido Novello da Polenta lo invitó a Rávena en 1318 y él aceptó. Terminó el Paraíso, y finalmente murió en 1321 (a la edad de 56 años) de regreso a Rávena de una misión diplomática en Venecia, quizás de malaria. Dante fue enterrado en la Iglesia de San Pier Maggiore (llamada más tarde San Francisco de Asís). Bernardo Bembo, pretor de Venecia, mostró preocupación en 1483 por sus restos organizando su traslado a una tumba mejor.
Finalmente, Florencia lamentó el exilio de Dante. En 1829, se construyó una tumba para él en Florencia en la Basílica de Santa Cruz. Esa tumba ha estado siempre vacía y el cuerpo de Dante permanece en su tumba en Rávena. El frente de su tumba en Florencia se lee Onorate l'altissimo poeta («Honrad al más alto poeta»).

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